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Barreras de la piel: Composición, fisiología y alteraciones

Composición, fisiología y alteraciones

La piel es el órgano más grande y complejo del cuerpo humano y cumple una función esencial en nuestro contacto con el medio ambiente. Está formada por diferentes capas, las cuales están constituidas por distintos tipos de células.

El estrato córneo, el estrato superior de la epidermis, tiene tres características principales que le ayudan en su función protectora:

• Los lípidos intercelulares lamelares, que con su conformación crean una barrera tensa y semipermeable al paso del agua. Estos lípidos son ceramidas, acompañadas de colesterol y ácidos grasos.

• La presencia de corneocitos maduros unidos entre ellos por corneodesmosomas y recubiertos de ceramidas, que les confieren hidrofobicidad, gracias a los cuales el camino de difusión del agua resulta más largo y tortuoso. Esta organización de los
corneocitos se conoce como “ladrillos y cemento”.

• La presencia de materiales higroscópicos intra y extracelulares. Mayormente provienen de la filagrina.

La película hidrolipídica (manto ácido)

La superficie cutánea está cubierta por la denominada película hidrolipídica, que es una emulsión de agua y grasas. Esta película, también denominada manto ácido, cumple un importante rol en la prevención de enfermedades cutáneas y estabiliza el
balance de la microflora residente.

Los análisis de la estructura de la piel y del proceso de queratinización muestran que en su composición contiene:

• Sebo, procedente de las glándulas sudoríparas y sebáceas.
• Sustancias derivadas del proceso de cornificación (productos de la degradación
proteica).
• Células córneas todavía adheridas pero en proceso de repulsión.
•Agua de las capas más profundas que ha llegado a la superficie (agua transepidérmica, perspiración insensible).

Su principal función como barrera exterior es proteger frente a bacterias y hongos.
Además, mantiene la elasticidad de la piel, ya que también es la responsable de que el agua corporal quede retenida en la piel y no se evapore.

Debido a la presencia de componentes ligeramente ácidos, como el ácido láctico, el ácido pirrolidón carboxílico y los aminoácidos, la parte hidrófila de la película hidrolipídica forma un manto ácido protector frente a bacterias y hongos. En una piel sana, el equilibrio entre grasa e hidratación se mantiene intacto.

La película hidrolipídica varía en cantidad y composición dependiendo tanto de la zona del cuerpo como de factores exógenos y endógenos, como la hora del día, la estación del año, la humedad ambiental, la alimentación, el estrés o la enfermedad.

El valor de su pH puede estar comprendido entre 5,5 en la superficie y 7,0 a partir de la epidermis viable.

La mayoría de los productos cosméticos (excluyendo los utilizados con fines especiales como depilatorios o peelings) usualmente no tienen valores extremos de pH.

El objetivo de mantener un pH similar al de la piel es evitar la irritación y la alteración
de sus funciones. No obstante, la piel presenta una capacidad buffer que la protege frente a los cambios de pH.

Es importante tener en cuenta que el mantenimiento de un pH óptimo es un requisito indispensable para los procesos que generan y regulan la formación de la
barrera cutánea.

Los lípidos

Los lípidos más importantes del estrato córneo que contribuyen a la permeabilidad de la barrera son las ceramidas, el colesterol y los ácidos grasos. Esos lípidos son una parte integral de la epidermis y están involucrados en prevenir la TEWL y la entrada de bacterias dañinas.

Estudios recientes demuestran que no hay un lípido en particular más importante que otro, sino que parece que la proporción entre ellos es lo que debe considerarse
como parámetro. Se estima que la relación entre ellos debe ser equimolar.

Los constituyentes en conjunto estabilizan al sistema lamelar y lo hacen más compatible con los otros lípidos presentes.

Del contenido en ceramidas y colesterol es de donde se obtiene el balance óptimo
de viscosidad del cemento intercelular.

La función barrera se establece con baja TEWL y aumento de la capacidad de unir moléculas de agua en superficie, resultando una epidermis saludable.

Los principales constituyentes de la matriz lipídica del estrato córneo son tres clases de lípidos polares: ceramidas, ácidos grasos y colesterol.

La matriz lipídica del estrato córneo está organizada en forma de múltiples bicapas formadas por la disposición espontánea de zonas polares y no polares de ceramida, colesterol y ácidos grasos.

Se colocan entre los queratinocitos y alrededor de ellos, creando una extraordinaria
barrera para el agua.

El factor de humectación natural (FHN)

Una de las funciones protectoras de la piel es prevenir la pérdida de agua transepidérmica (TEWL) y regular su balance.

Los dos principales componentes que le permiten al estrato córneo desempeñar este papel son los lípidos y el FHN.

El FHN es una composición formada por aminoácidos y sus metabolitos, que son subproductos formados de la degradación de la filagrina. Le da al estrato córneo su calidad de humectación.

Al estar compuesto por productos muy hidrosolubles, el FHN puede absorber grandes cantidades de agua. Además provee un importante ambiente acuoso para las enzimas que lo requieren.

El FHN, ubicado intracelularmente, y los lípidos liberados por los gránulos lamelares, localizados extracelularmente, juegan un rol muy importante en la hidratación, suavidad y flexibilidad de la piel.

El FHN y la bicapa lipídica previenen la deshidratación de la epidermis. En pieles normales sometidas a lavados frecuentes con tensioactivos y en pieles envejecidas,
su nivel está disminuido.

Alteración de la dinámica de la barrera

La barrera cutánea se ve frecuentemente agredida por numerosos agentes del medio externo, como el agua caliente, detergentes, disolventes, traumatismos mecánicos y químicos, etc., lo que la vuelve hipersensible. Para restaurar la función normal, la epidermis subyacente desencadena una respuesta metabólica coordinada de aumento de síntesis de lípidos y aceleración de su secreción.

Sin embargo, esta respuesta se encuentra alterada por diversos factores que enlentecen y hasta impiden su ejecución:

• Edad
• Estrés psicológico, que exacerba la aparición de dermatosis inflamatorias (psoriasis, dermatitis atópica)
•Medio ambiente inadecuado: prooxidante, con polución, con condiciones climáticas
extremas, etc.
• Radiación UV La radiación UV puede dañar la función barrera del estrato córneo y alterar el proceso natural de hidratación de la piel, ya que puede interrumpir la fragmentación enzimática de la filagrina a los aminoácidos que forman el FHN. La industria de química cosmética produce varios principios activos sintéticos, para el tratamiento de la disfunción de la barrera.

Disfunción de la barrera y enfermedades de la piel

La homeostasis de la piel se altera debido a diferentes factores y también en diversas enfermedades cutáneas, dando lugar a hiperproliferación epidérmica y diferenciación aberrante.

Alteraciones por edad: se produce la reducción de la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas. Su función de barrera se debilita.

Dado que la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas decrece con la edad, empieza a haber carencias de sustancias importantes para la estructura de la película hidrolipídica. La piel reacciona con mayor sensibilidad a los jabones y las soluciones alcalinas (algunos productos para la higiene corporal). El empleo de esos productos elimina todavía más lípidos epidérmicos de la piel, lo que lleva a una mayor sequedad debido al aumento de la TEWL.

La superficie cutánea se torna áspera y la capa córnea presenta pequeñas fisuras y grietas. La piel se vuelve tirante y en ocasiones pruriginosa.

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Piel con déficit de hidratación

Cuando el contenido en agua de la capa córnea desciende por debajo del 8% al 10%, ésta se vuelve seca, áspera y agrietada.

Al estar más expuesta, la piel del rostro pierde más hidratación que otras zonas corporales. La función de barrera deja de funcionar correctamente y su función protectora se debilita, por lo que la piel está más vulnerable a los agentes externos y muestra un aumento de la pérdida de agua transepidérmica.

La capa córnea obtiene su hidratación gracias al agua procedente de las capas más profundas de la piel (agua transepidérmica) como producto de la transpiración normal.

Cuando la piel carece de FHN o se ve expuesta a condiciones climatológicas extremas, pierde humedad y se vuelve seca y tirante, ya que no posee su hidratación
natural y elasticidad.

Una piel carente de hidratación necesita cuidados que le suministren no sólo humedad, sino también factores naturales de hidratación, como por ejemplo aminoácidos.

Estas sustancias higroscópicas, dentro de una formulación adecuada, proporcionan
una hidratación duradera.

Las condiciones climatológicas influyen en la pérdida de agua. Con el aire seco y caluroso del verano, la piel pierde humedad rápidamente. Por el contrario, una elevada humedad y ausencia de viento llevan a una pérdida de agua más lenta.

El principio activo Ácido Hialurónico se caracteriza por su propiedad de retener grandes cantidades de agua, mejorando el aspecto y elasticidad de la piel.

Piel con déficit de lípidos

A diferencia de la piel con déficit de hidratación, la piel con déficit de lípidos tiene una mayor necesidad de este tipo se sustancias. Durante la higiene diaria, suele verse agredida por agentes limpiadores o jabones y pierde valiosos lípidos.

Como vimos, los lípidos epidérmicos desempeñan un papel importante en la función de barrera de la piel al conformar el cemento que mantiene unidas las células de la capa córnea (modelo del cemento y los ladrillos).

La composición de estos lípidos epidérmicos determina la integridad de la barrera de permeabilidad.

Junto con los lípidos sebáceos, los lípidosepidérmicos, elemento central de la función barrera de la piel, son también un factor para una hidratación equilibrada.

La pérdida de lípidos epidérmicos y sebáceos altera la composición de la película hidrolipídica y de la barrera lipídica.

La piel sensible con déficit de lípidos requiere que le aporten lípidos naturales o similares a los de la piel. Las ceramidas, el colesterol y los ácidos grasos insaturados libres juegan un papel esencial.

El principio activo Lipomoist (LPM) mantiene el estado de los lípidos de la epidermis.

Forma una película hidratante sobre la piel y mantiene el estado compacto de los lípidos en la epidermis.

Piel seca

La poca humedad, el viento, el sol y los productos de limpieza pueden disminuir la concentración de agua en las capas superficiales del estrato córneo, por debajo del nivel necesario para permitir que las enzimas de la descamación funcionen.

Esto da como resultado una piel seca.

La piel seca no es simplemente una piel que carece de agua, sino piel cuya función está alterada y donde se acumulan queratinocitos de la capa córnea adheridos a la superficie. Al tacto se siente rugosa; está apagada, pues la luz se dispersa en la superficie irregular; aparece pálida, porque el brillo rosado de la microcirculación está escondido; puede mostrar descamación visible y es sensible a la irritación.

Un factor de la piel seca problemática es la disminución de su capacidad de retención de agua, lo que la convierte en una piel áspera. Esto depende de la concentración de factores naturales de humectación, urea, aminoácidos y lípidos epidérmicos (especialmente triglicéridos, ácidos grasos libres, ceramidas y colesterol).

La urea se forma durante el catabolismo de la arginina, en el marco del proceso de cornificación. En los casos de alteraciones de la cornificación, se produce un déficit de arginina. Esto lleva a una reducción de la concentración de urea, debilitando así la función hidratante natural.

En mediciones comparativas, se determinó que la concentración de urea en la piel seca es un 50% inferior a la de la piel sana. Esta carencia de factores naturales de hidratación (en especial de urea) lleva a una mayor TEWL.

Una forma especial, debido a su patogenia, es la piel seca atópica, en la que se presenta una alteración del metabolismo de los ácidos grasos de la piel.

Piel sensible

La piel sensible es una condición caracterizada por hiperreactividad a factores medio ambientales. Aproximadamente el 50% de los pacientes con piel sensible manifestaron síntomas de disconfort, sin el acompañamiento de signos visibles de inflamación.

En general, el término piel sensible describe una condición de la piel que muestra una baja resistencia a las sustancias irritantes.

La piel sensible es el fenotipo susceptible de desarrollar dermatitis de contacto y dermatitis irritante.

Se considera que los factores hereditarios, las condiciones en el lugar de trabajo y el entorno, así como las características psicosomáticas juegan en la condición de la piel sensible un papel importante.
La sensibilidad cutánea se ve influida por factores individuales endógenos pero también por factores exógenos, como el clima. El principio activo Pentavitin colabora
regulando la hidratación y permitiendo la retención de la humedad de la piel.

Cuidados para mantener la barrera cutánea

En la actualidad está claro que una barrera cutánea sana es igual a una piel sana.
Protección solar Se ha demostrado que dosis mínimas de radiación ultravioleta bloquean completamente el proceso de síntesis del FHN, lo que genera un estrato córneo desprovisto de éste.

A medida que los queratinocitos ascienden a través de los diferentes estratos de la epidermis durante el proceso de queratinización, son más planos y delgados, por lo que las regiones más superficiales del estrato córneo representan un plano debilitado que se rompe antes de alcanzar la superficie, ocasionando el peeling que
se aprecia luego de una quemadura solar.

Además la piel se siente áspera y seca luego de una quemadura y estos son signos
de disrupción de la barrera cutánea.

Limpiadores
Se recomienda el uso de jabones y detergentes sintéticos ligeros. Debe utilizarse un limpiador que provea además emolientes y suavizantes y que tenga un gran contenido acuoso.

Humectantes-Emolientes-Protectores
Un buen humectante provee tanto hidratantes para compensar la pérdida del factor humectante natural como lípidos para rellenar los perdidos en la bicapa intercelular
por la alteración de la barrera.

Para aumentar su efectividad, un hidratante debe contener humectantes y emolientes y la máxima efectividad se consigue al contener un sistema lipídico capaz de restaurar la bicapa lipídica del estrato córneo.

Tampoco hay que olvidar la función protectora frente a los radicales libres, así como la protección frente a los daños provocados por la radiación UV.

Conclusiones

Las perturbaciones en la estructura y función de la barrera de permeabilidad epidérmica, ya sea como consecuencia de factores ambientales, errores innatos del metabolismo o de enfermedades adquiridas, pueden tener efectos profundos en la piel.
Actualmente, ha sido aceptado que una barrera defectuosa no es una consecuencia
secundaria, sino más bien es el elemento crítico que conduce a la inflamación en los desórdenes de la cornificación.

Existen ejemplos en los que la severidad de la enfermedad se correlaciona con el grado de anormalidad de la barrera cutánea como ocurre en la psoriasis y la dermatitis atópica; por ello, la mejoría en la función del estrato córneo disminuye los síntomas en dichas condiciones.

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